Fotografía

Me agarraron los policías y me llevaron a raparme. Era una manera de marcarnos. Incluso había días en los que en las redadas iban reporteros de el Alarma para evidenciarnos en el periódico. Me estresé mucho cuando me hicieron eso, y me pude haber suicidado, sufrí, lloré y no quería salir a la calle. En esos días iba a modelar en el Continental Hilton , en una fiesta a beneficio de Abraham de Israel un modisto muy reconocido, fui a disculparme porque estaba rapada , el coreógrafo me aconsejó y me ayudó a entender, me dijo que uno no es un cabello, que mi esencia y mi personalidad no es solamente eso.

A partir de que me hicieron eso me fui de México, pensé que podrían llegar a matarme por que podían realmente hacer con nosotras lo que quisieran. Al irme al norte me cambió mucho la mentalidad, no tenía ni 20 años; allá todo mundo me respetaba. Me fui de aventón a Jacksonville, Miami, San Antonio, Houston, Fort Lauderdale, Tampa, Nueva Orleans.